Este proyecto es el diseño de la escenografía para la famosa ópera de "La Traviata" de Verdi. El concepto en torno al que gira es una reunión de fantasmas alrededor de la tumba de Violetta para recordar su historia y para que ella encuentre un lugar junto a ellos en la eternidad, que su nombre sea recordado y no sea abandonada, como también lo estuvo en vida.

Así, se plantea cuatro piezas de mármol que, colocadas de la forma correcta, forman la gran lápida de Violetta, pero compuestas de otras maneras, crean objetos cotidianos durante los distintos actos como: un diván, una cama, una mesa y dos bancos... Alrededor de esta tumba derribada, al principio, se levantan altos pedestales de base trapezoidal formando un semicirculo. Estos pedestales, sobre los cuales se encuentran todos los fantasmas en posición gloriosa y juzgadora son de espejo, símbolo de: el paso de la muerte (donde se refleja la enfermedad de Violetta, al igual que la tumba); de la mirada atenta de la sociedad y de su lujo. A medida que transcurre la obra, estos pedestales van desapareciendo y comienzan a ser derribados. Estos pedestales, además, son retroiluminados por dentro, creando sombras y figuras que despiertan el interés del público y permiten cambiar el espacio manteniendo la mayor parte de los elementos.